El museo se integra en la trama urbana característica en la que las calles se adaptan a la topografía siguiendo las curvas de nivel. Es un edificio entre medianeras donde el acceso se produce por la calle inferior, aprovechando el mayor ensanchamiento en este punto. El edificio está destinado a la difusión del trabajo de las fibras vegetales, principalmente de la pauma, oficio tradicional del pueblo.
Se organiza en salas diáfanas, una por planta, que acogen de forma flexible exposiciones y talleres. La planta superior se destina a sala de conferencias y se abre, a través de una terraza, las espectaculares vistas y la buena orientación.
Exteriormente el edificio se concibe como un gran contenedor a modo de cesta, donde la fachada interpreta con lenguaje arquitectónico las geometrías que encontramos en el trabajo de la pauma.
En relación a los objetos a exponer tanto en el exterior como en el interior, predominan los materiales naturales tradicionales, como la madera o la piedra.
