El edificio destinado a sala de actividades se ubica en una parte de la zona deportiva, lúdica y de servicios de Campredó. Este área hace de bisagra entre el polígono industrial Baix Ebre y el casco urbano.
La nueva propuesta de ordenación del conjunto pretende potenciar el eje peatonal existente prolongándolo para que sirva de acceso a la nueva sala de actividades desde el casco urbano. Perpendicularmente al eje se van ubicando las diferentes áreas deportivas a modo de franjas.
La nueva franja es la propia sala de actividades y la pista polideportiva, que forman un conjunto único diseñado para permitir la utilización de ambos espacios de forma contigua. Conceptualmente la pista es un plano de hormigón que se prolonga hasta la sala polivalente y se pliega formando su cubierta., abriéndose a la buena orientación y protegiéndose de los vientos fríos del invierno, y de los ruidos y el impacto visual del polígono industrial. Una fachada móvil permite conectar el salón con la pista exterior. Ambos espacios se conciben como espacios flexibles que pueden acoger una serie de actividades diversas. En cuanto a la geometría, se quiere conseguir un edificio que tenga una imagen singular, potente a la vez, claramente diferenciada de las naves del polígono industrial que lo rodean. La propuesta se materializa con un solo gesto en forma de "C", haciendo una alegoría a la inicial del nombre del pueblo, Campredó. El diseño estructural y formal están estrechamente unidos, ya que se ha concebido para dar al edificio una sensación de ligereza, con grandes voladizos y elementos muy estilizados. La singularidad del edificio también se ve reforzada en los días de lluvia, ya que toda el agua de la cubierta se recoge y se lleva hasta la ventana inclinada del vestíbulo donde, mediante un canalón desbordante, permite la salida del agua formando una lámina de agua a modo de cascada que puede verse tanto desde el interior del edificio como desde el exterior.
El edificio está diseñado para que funcione con principios bioclimáticos. La orientación del edificio, como los grandes voladizos de la fachada permiten un máximo soleamiento en invierno, y una protección del sol en verano. Un sistema de ventilación natural permite disponer de una cámara ventilada con unas corrientes convectivas que se activan de forma natural.
